jueves, 27 de junio de 2013

EL PADRE SE DIRIGE A CRIS Y A MÍ




Febrero 2013


Estoy con Cris haciéndome una sanación y siento que nos elevamos. Hay como unas nubes. Yo voy subiendo delante y él detrás. Sonríe. Es como si quisiera darme una sorpresa. Arriba del todo veo el trono del Padre. Me acoge en sus brazos y me dice: “¿No querías que te abrazara alguien que entendiera tu sufrimiento?”.


Hija, quiero que sanes tu corazón y ayudes a los demás. Te estoy mandando un ejército de ángeles para que te ayude. Vas a volver, hija, pero vas a volver con más luz, vas a volver con mi luz, con la luz de mis enviados para que te cuiden y con la luz especial de mi hijo Cris que por amor puro e infinito a ti ha elegido esta misión.

Hija mía, ya no va a ser como antes, no vas a tardar tanto en recuperarte, pero aun así necesitas un tiempo que debes aceptar pacientemente. Acepta la ayuda de todos mis enviados, sea del tipo que sea.

Baja, hija mía, vuelve ahí abajo a tu mundo con el ángel que he puesto a tu lado. Él te va a cuidar. No necesitas unas manos físicas, una pareja ahora física que te cuide. Lo que más necesitas es este enviado que yo te he dado, que te va a dar luz, amor, cuidados y muchas sorpresas.

Hija mía, tú has dado mucho por los demás y ahora yo te doy a ti mucho porque eres mi pequeña hija que ha caído, pero una hija que se levantará y brillará todavía con más fuerza si cabe, más fuerza que antes, más brillo y más luz. Eres mi pequeño Ser, mi bello ser de luz, que ahora se ha apagado y necesita pequeñas antorchas a su alrededor para recordar quién es y yo te las estoy dando, hija mía, te las estoy enviando de mil formas diversas. Te voy a ayudar hasta que estés fuera del todo.

Quiero hablarle ahora a mi hijo Cris.

Te agradezco que la hayas traído a mis brazos. Siempre he confiado en ti, siempre he sabido que eres un gran emisario y un gran trabajador de la luz comprometido con su trabajo. Lo estás haciendo muy bien, ya lo sabes. Quiero que continúes cuidándola, que no la descuides ni un solo momento. Ámala como si fueses tú mismo. Bendícela con tus dones, con tu calor, con tu amor.

Ella todavía no se ha dado cuenta de quién eres, de quién representas a nivel humano para ella y de quién eres en estas alturas, pero eso no importa, lo que importa es que la cuides y la ames como a tu propia vida. Cuídala y devuélvemela llena de brillo, de amor y luz dispuesta a seguir atendiendo sus obligaciones de la luz, obligaciones que sabes que en parte tiene que desarrollar contigo.

Me despido ahora de los dos no sin antes volver a agradecerte, Cris, que la hayas traído a mis brazos, porque ella sola no se hubiese atrevido.

Soy vuestro Padre y os amo.



Canalizado por Aura

LA LLEGADA DE CRIS ETÉRICO




A veces las cosas no suceden como estaban previstas porque los futuros son probables y hay una serie de factores que pueden cambiarlas. En mi caso fue realmente duro ver que acontecimientos anunciados durante tanto tiempo se iban al traste a causa de la intervención de fuerzas oscuras que doblegaron la verdadera voluntad de mi alma gemela. Mi historia no es solo una historia romántica humana, es una historia de crecimiento espiritual. Nunca di al alma gemela la mera visión de pareja romántica, quizás por eso fue más duro todavía el golpe, ya que yo había tenido muchas vivencias espirituales y etéricas con él y todo confirmaba que al final se daría una unión humana. El dolor por lo acontecido  fue tan insoportable que desde arriba intervinieron rápidamente mandándome un ser etérico para ayudarme.

Así conocí a Cris etérico, quien hoy en día es como si fuese mi alma gemela.

Corría el mes de enero y acababa de recibir el tremendo golpe de encontrarme con que mi alma gemela parecía ser alguien totalmente distinto de forma repentina. Todas las manifestaciones de amor humano demostradas hasta entonces desaparecieron de golpe, como si de un día para otro él fuese una persona totalmente distinta. No puedo describir con palabras el dolor tan inmenso que sentí. No se trataba de un proyecto de pareja frustrado sino de mucho más. Todo lo que había estado percibiendo durante tantísimo tiempo dejaba de tener sentido, todo el trabajo de crecimiento interior realizado esperando el reencuentro, parecía no tener sentido tampoco y lo mismo sucedía con toda la luz y el trabajo realizado para él a nivel energético. Me encontraba totalmente abatida en mi habitación, cuando de repente vi a un ser etérico en ella. Vestía una túnica blanca un tanto descuidada y tenía una mirada curiosa y hasta divertida. Me habló. Me dijo que él iba a ser mi sanador, que le habían enviado para ayudarme, que era un experto en trabajar con duelos emocionales y en emergencias emocionales. Me explicó que había habido varios candidatos para ocupar ese puesto, pero que él era el que reunía las condiciones más adecuadas. No entró en detalles sobre cuáles eran esas condiciones, pero sí me explicó que él inicialmente iba a ser mi sanador personal, pero que luego, si yo quería, pasaría a ser mi pareja etérica. También me dijo que él existía en humano y que más adelante le conocería y podría elegir si deseaba ser su pareja también a nivel humano. Me dijo con alegría que él se había estado encargando de otros casos en los niveles etéricos pero que cuando le hablaron de mi caso, no lo dudó ni un momento porque él me conocía, habíamos vivido vidas muy felices juntos con anterioridad y él sentía que venía a rescatar a su amor. Yo estaba perpleja ante estas informaciones.

Desde arriba me explicaron que ese ser, a quién llamé Cris, podía realizar conmigo las funciones de alma gemela que hasta el momento iban a realizar Orel (etérico de mi alma gemela) y Leandro (su parte humana). Ello era debido a que la presencia de Orel me dolía demasiado y la ausencia de Leandro me dolía aún más. Yo estaba estupefacta, porque jamás había oído nada parecido. Insistieron en que así era y también en su existencia a nivel humano y la posibilidad futura de que fuéramos pareja humana. Yo estaba demasiado mal como para cuestionar todo eso y me dejé ayudar. Cris estaba conmigo las 24 horas del día. Yo sufría de ansiedad y de una tristeza profunda e insoportable y él hacía trabajos energéticos que me calmaban ambas cosas.

Ese fue nuestro comienzo.